Adoptar o Comprar un Perro: Lo Importante es No Abandonar

En los últimos años, el debate entre “adopta, no compres” ha crecido en intensidad, enfrentando a amantes de los animales que defienden diferentes caminos para tener un perro. Por un lado, quienes promueven la adopción apelan al rescate de animales abandonados. Por otro, quienes acuden a criadores responsables insisten en la importancia de la selección genética, el equilibrio de carácter y la adaptación a cada tipo de familia.

Pero en medio de este debate hay una verdad que debe prevalecer: lo verdaderamente importante no es si adoptas o compras, sino que te comprometas a cuidar de ese perro toda su vida.

La función del criador a lo largo de los siglos

A menudo se olvida que las razas de perro no son fruto del azar, sino de un trabajo de selección cuidadosa realizado durante siglos por criadores apasionados. Su labor no se limita a la reproducción; implica estudiar líneas genéticas, eliminar enfermedades hereditarias, preservar temperamentos estables y adaptar cada raza a funciones y entornos específicos: compañía, terapia, asistencia, trabajo o deporte.

Gracias a este esfuerzo, hoy contamos con razas tan diversas como el Pomerania, ideal para vivir en familia y en espacios reducidos; el Shi Tzu, hipoalergénico y afectuoso; o el Caniche Toy, brillante, cariñoso y perfecto para personas con alergias o necesidades especiales.

Un perro de raza no solo es una estética: es previsibilidad de tamaño, carácter y cuidados. Y eso, para muchas familias, no es un capricho, sino una necesidad.

No todos los perros son adecuados para todas las familias

No todas las personas pueden convivir con cualquier tipo de perro. Hay factores que deben tenerse en cuenta:

  • Tamaño del perro en relación con el hogar.

  • Nivel de actividad de la familia.

  • Posibles alergias a la caspa o al pelo.

  • Terapias asistidas con animales, donde se requieren razas muy concretas.

  • Prescripciones médicas o necesidades emocionales, que encajan mejor con perros equilibrados y de temperamento previsible.

En este sentido, adquirir un perro de raza mediante un criador ético es una forma responsable de garantizar una buena convivencia. Un perro con un carácter predecible, una genética cuidada y una socialización desde los primeros días puede marcar la diferencia entre una adopción feliz y un abandono futuro por incompatibilidad.

Adoptar o Comprar un perro: ventajas y riesgos

Tanto la adopción como la compra pueden ser caminos válidos si se hacen con conciencia. La adopción tiene el mérito incuestionable de ofrecer una segunda oportunidad, mientras que la compra responsable permite elegir con criterios objetivos el perro más adecuado para un estilo de vida concreto.

Sin embargo, ambos caminos tienen riesgos:

  • Adoptar por impulso puede derivar en problemas de comportamiento o incompatibilidad.

  • Comprar sin investigar puede fomentar criaderos clandestinos o tiendas sin escrúpulos.

Por eso es vital que la decisión se tome con información, honestidad y compromiso a largo plazo.

Adoptar o Comprar un perro

El verdadero problema no es adoptar o comprar un perro: es el abandono

En lugar de enfrentarnos entre “compradores” y “adoptantes”, deberíamos centrarnos en erradicar el abandono. Miles de perros llegan a protectoras cada año porque fueron adquiridos sin reflexión, sin entender que un perro es una responsabilidad de más de una década.

No es su origen lo que condena a un perro al abandono. Es la falta de compromiso humano.

¿Y si desaparecieran los perros de raza?

Imaginar un mundo sin razas caninas sería una pérdida enorme. Significaría renunciar a siglos de conocimiento, de especialización, de historia compartida entre el ser humano y el perro.

Las razas caninas existen porque cada una tiene un propósito, un carácter y unas cualidades únicas. Perderlas sería perder riqueza genética, funcionalidad y diversidad, algo impensable en un mundo que valora la inclusión y la personalización.

En resumen

Adoptar y comprar no son enemigos. Ambos pueden ser actos de amor y responsabilidad. Lo esencial es que, sea cual sea tu elección, no abandones jamás.

En Gallumar, apostamos por una crianza familiar, ética, respetuosa y comprometida con el bienestar animal. Pero también aplaudimos a quien adopta con el corazón y se involucra de por vida. Porque lo importante no es de dónde viene tu perro, sino que se quede a tu lado para siempre.

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